Al cumplirse el cuarto centenario de la muerte del escritor español Miguel de Cervantes Saavedra, Deutsche Welle analiza la relación entre su obra y América Latina.
Hay cuatro ciudades cervantinas en el mundo y tres de ellas están en América Latina: Montevideo(Uruguay), Azul (Argentina) y Guanajuato (México). La cuarta es Alcalá de Henares, la localidad madrileña donde Miguel de Cervantes Saavedra nació en 1547. En estos lugares, el cuarto centenario de la muerte del escritor español ha hecho que su presencia se multiplique: jornadas, congresos académicos, representaciones teatrales, lecturas públicas de sus obras, conciertos, actividades para niños…
sa presencia se inició en América de forma temprana: recién impresa la primera parte del Quijote en 1605, partieron hacia América cientos de ejemplares de la novela. Muchos llegaron a México y otros hasta Panamá, Perú y Colombia. Solo dos años más tarde, está documentada “la aparición de los personajes cervantinos en las festividades populares en las diversas regiones coloniales, donde sobresale, como la más antigua de que se tenga noticias, la de Pausa en Perú en 1607”, dice Luis Correa-Díaz, escritor, miembro de la Academia Chilena de la Lengua y autor deCervantes en las Américas. Después, esa presencia se multiplicó en numerosos “medios de representación, desde fiestas, carnavales, obras teatrales, hasta escultura, pintura y la amplia gama de producción icónica de la cultura”, continúa Correa-Díaz.
¿Cervantes indiano?
El territorio conocido en España como “las Indias” era en tiempos de Cervantes un lugar lleno de promesas, donde hacer dinero y vivir nuevas experiencias. El propio escritor solicitó en 1590 al Consejo de Indias un puesto de trabajo en América, petición que le fue denegada. ¿Qué hubiera pasado de haberle sido concedida? Esa hipótesis ha dado pie a la imaginación de los escritores latinoamericanos, que han creado “novelas, cuentos, micro-relatos, crónicas de viaje, ensayos, guiones cinematográficos y poemas que conjeturan en torno al frustrado paso de Cervantes a las Indias o que prolongan las andanzas de Don Quijote por las Américas. Estas conjeturas traen tanto a Cervantes como a don Quijote a América, imaginando qué hubiera sido del Príncipe de los Ingenios en estas latitudes, o recreando el quijotismo de su novela en este mundo nuevo”, explica Correa-Díaz.
De otra magnitud es la influencia de la obra de Cervantes en las letras latinoamericanas. “La Mancha, en verdad, adquirió todo su sentido en las Américas”, dijo el mexicano Carlos Fuentes, “una de las plumas más cervantinas”, según asegura la escritora Elena Poniatowska en entrevista reciente con la agencia de noticias dpa. Para Poniatowska, galardonada con el premio Miguel de Cervantes de las Letras, al igual que el propio Carlos Fuentes, el Quijote “es la piedra fundacional de la literatura de nuestro continente”. Su huella está, entre otros, en escritores como Rubén Darío, Jorge Luis Borges, García Márquez y Alejo Carpentier. También en el mexicano Fernando del Paso, que este sábado (23.04.2016) recoge en Madrid su premio Cervantes. A lo largo de las 41 ediciones de este galardón, se ha otorgado en 19 ocasiones a escritores latinoamericanos.
“Las Indias” en Cervantes
¿Y América? ¿Está presente en la obra de Cervantes? Ese es un factor que el mundo académico tiene cada vez más en cuenta en sus análisis. “En dos de sus comedias, la trama ocurre en el Nuevo Continente o está relacionada con la vida de España y sus colonias”, señala el escritor y diplomático ecuatoriano Jorge R. Fernández, autor de Presencia de América en la obra de Cervantes. “Por las rutas de la Mancha circulan hombres que se dirigen hacia Sevilla o Cádiz, antesala de las Indias”, prosigue Fernández. Así pues, América no es ajena a la obra cervantina, no ya como preocupación literaria, sino “como parte integrante del mundo real a que acudía para elaborar su ficción: las tierras de Indias citadas a cada paso y las costumbres de sus naturales son germen indudable de su última producción.”
El mundo académico, por su parte, ha puesto de manifiesto una América Latina cuya cultura está impregnada de valores quijotescos como el idealismo y la lucha contra la injusticia. Esa identificación adquirió su dimensión máxima en la representación de personajes históricos clave en la historia latinoamericana, como Simón Bolívar y el Che Guevara como encarnaciones del hidalgo caballero. Pero ¿quiénes son los actuales “quijotes” latinoamericanos? ¿Tal vez los activistas medioambientales o quienes luchan por los derechos de las mujeres? El valor universal del inmortal personaje cervantino seguirá sin duda adquiriendo nuevas formas en la América Latina del siglo XXI.