Nacido en el territorio de la actual República Checa, Mucha (1860-1939) es conocido como uno de los inspiradores del Art Nouveau, la corriente artística caracterizada por el uso de líneas suaves, formas floreales y motivos fitomorfos que vio la luz en el París de la “Belle Epoque” y que después se difundió por toda Europa.
Mucha fue en realidad un artista polifacético y un gran experimentador de estilos, que incursionó en la publicidad con carteles que anunciaban desde exhibiciones de artistas como Sarah Bernhardt hasta productos comerciales.
El Complejo del Vittoriano, en el corazón de Roma, le dedica la más grande retrospectiva con más de 200 obras, entre pinturas, carteles publicitarios, dibujos, obras decorativas, joyas y fotos, explicó Iole Siena, jefe de Arthemisia Group, la sociedad organizadora de la exhibición.
Titulada “Alphonse Mucha”, la muestra permanecerá abierta hasta el 11 de septiembre próximo y está dividida en seis secciones: “Un bohemio en París”, “Un creador de imágenes para el gran público”, “Un cosmopolita”, “El místico”, “El patriota” y “El artista filósofo”.
En la presentación de la muestra a los medios, la curadora Tomoko Sato subrayó que la obra de Mucha está compuesta por mujeres sonrientes, sensuales, de formas sinuosas y rostros gentiles, de miradas intensas, ambiciosas y combativas.
Mujeres desconocidas, pero también famosas, como Sarah Bernhardt, Ethel Barrymore, Leslie Carter o Halide Edip Adivar.
La experta resaltó también la importancia que Mucha daba a la comunicación y que consideraba a su arte como un método para comunicar.
El nieto del artista, John Mucha, presidente de la Fundación Mucha, recordó que para su abuelo era fundamental hacer un arte “para la gente” y dijo que la muestra en Roma es una de las más exhaustivas realizadas hasta ahora de su obra.
“Mucha creía en el valor universal del arte y era de la idea que el artista debía inspirar a la gente y buscar, a través de su obra, el progreso de la sociedad”, señaló.
Por otra parte, John Mucha consideró que la segunda muestra presentada este jueves en el Vottoriano, titulada “Barbie. The Icon”, representa “un paralelo muy interesante con las obras de mi abuelo, padre de la publicidad moderna”.
La exhibición, en otra sala del complejo, incluye 380 muñecas Barbie que, según el curador Peter Bottazzi, son una guía para contar los momentos de transformación no solamente de la mujer, sino también de la sociedad contemporánea y aspectos como la moda, la política o el estilo.
“Pero Barbie no es solamente moda o estilo, es también arte. Andy Warhol la transformó en un ícono pop observado por el mundo del arte”, indicó Botazzi.
Aclaró, sin embargo, que Barbie nunca ha anticipado tendencias, estilos o modas, sino que ha sido simplemente un espejo de las grandes transformaciones de la sociedad occidental en la segunda mitad del siglo XX.
La muestra, que estará abierta hasta el 30 de octubre próximo, está articulada en cinco secciones precedidas por una sala titulada “Simplemente Barbie”, con espacios representativos por cada década desde que en 1959 la muñeca apareció en el mercado.
La primera sección se denominó “De Teenager Fashion Model Doll a Fashionista” y está centrada en la moda. La segunda, titulada “I Can Be. Barbie Careers”, muestra la filosofía de Barbie a través de sus innumerables carreras internacionales.
La tercera sección, “Barbie Family”, presenta a la familia y amigos de Barbie y su estilo de vida.
En tanto que la cuarta sección, llamada “Barbie en viaje. Dolls of the world”, se centra en la búsqueda —iniciada en 1964— de un vínculo entre las diversas culturas y en la multietnicidad como valor contemporáneo imprescindible.
La quinta y última sección, “Barbie Divas”, relata cómo desde su surgimiento, Barbie ha sido identificada y comparada con muchas de las heroínas de su tiempo, en especial con las divas del cine de Hollywood, pero también con figuras históricas.