Investigadores del INAH detectan evidencia arqueológica que
coincide con las fuentes prehispánicas y coloniales.
Encuentran coincidencias entre el mito y el calendario
agrícola ritual con la geografía del Valle del Mezquital.
La ubicación del mítico cerro Coatepec, sagrado para los
aztecas por ser el lugar donde nació Huitzilopochtli, en la geografía del
Estado de Hidalgo, ha sido posible gracias a la evidencia arqueológica que
coincide con las fuentes históricas prehispánicas y coloniales, así como las
similitudes entre el mito y la geografía del Valle del Mezquital.
Fernando López Aguilar, investigador del Instituto Nacional
de Antropología e Historia (INAH), aseguró haber encontrado en la geografía
hidalguense el cerro Coatepec, actualmente conocido como cerro Hualtepec o del
Astillero, a escasos 30 kilómetros de la zona arqueológica Pahñú, asiento de la
cultura xajay, cuya antigüedad se calcula desde el periodo Preclásico (500 a.C.
– 300 d.C.).
El cerro Coatepec, explicó el arqueólogo, es pieza central
en la mitología mexica por ser escenario del embarazo de Coatlicue y el
nacimiento de su hijo, el dios Huitzilopochtli. También del sacrificio de su
hermana Coyolxauhqui y la batalla contra los Centzon Huitznáhua (“Los
cuatrocientos sureños”), estrellas meridionales, hijos de Coatlicue.
Aguilar comentó que la mítica montaña, que aparece en la
obra de varios cronistas, como fray Bernardino de Sahagún y Fernando de
Alvarado Tezozomoc, podría estar ubicada en el Valle del Mezquital, donde el
cerro Hualtepec era considerado sagrado desde la época teotihuacana y pudo ser
el lugar donde los aztecas se estacionaron en su peregrinación antes de llegar
a Tula.
Códice Tovar |
Según la tradición, los mexicas partieron del mítico Aztlán
(“lugar de las garzas”), se detuvieron en Teoculhuacan-Chicomóztoc (“lugar de
las siete cuevas”) y después arribaron al Coatepec (“Cerro de las serpientes”),
antes de pasar a Tula, antigua ciudad tolteca.
Por décadas los arqueólogos y estudiosos del México antiguo
han buscado y ubicado tanto Aztlán como el Coatepec en distintos puntos de la
geografía nacional, desde Durango, Zacatecas, Sinaloa y Nayarit. Actualmente se
piensa que estos lugares podrían estar más próximos a Michoacán, Guanajuato,
Querétaro e Hidalgo.
El responsable del proyecto eje Valle del Mezquital expresó
que las nuevas tecnologías y los actuales conocimientos sobre la frontera
septentrional de Mesoamérica permiten postular nuevas hipótesis sobre el origen
y trayecto de los aztecas y la localización del Coatepec.
Evidencia arqueológica
La hipótesis de que el Hualtepec podría ser la montaña
sagrada de los aztecas se refuerza por la evidencia arqueológica encontrada en
la propia montaña hidalguense, cuyas investigaciones en campo datan de 1991.
“La idea de que era el Coatepec se ha presentado, desde
entonces, ante diversos foros académicos antes de darse a conocer al público en
general”, acotó López Aguilar.
En la cima más alta, la del lado sur, se encuentra un
basamento rectangular de 20 metros de longitud, con taludes, donde actualmente
hay una modesta capilla hecha con rocas provenientes de las antiguas
estructuras prehispánicas. Una calzada de 400 metros de longitud une la otra
cima, lado norte, donde existe otro montículo.
También los arqueólogos han registrado esculturas de
manufactura prehispánica: una cabeza de serpiente labrada en piedra, tal vez
una representación de Xiuhcóatl (arma de teas con la que se mató a
Coyolxauhqui), y por lo menos siete elementos de forma ojival de lo que parece
fueron almenas, que tienen labrado un diseño de doble arco y tres círculos; así
como clavos estucados, pisos de estuco y pintura azul en los aplanados.
Otra interpretación de dichas almenas, que integran motivos
geométricos como la “banda ancha en forma de arco, decorada con triángulos que
rodean el borde de elemento decorativo”, es que podrían estar relacionadas con
los ornamentos de Coyolxauhqui, “y tal vez son representaciones de plumas que
formaban un gran Cuauhxicalli”, como advirtió el arqueólogo Yamil Gelo del
Toro.
Además, a la mitad del Cerro Hualtepec se encuentra un
promontorio rocoso conocido como Peña de la Luna que, siguiendo el mito azteca,
se trata de la cabeza de Coyolxauhqui que quedó en la sierra mientras su cuerpo
rodó hacia abajo hecho pedazos. “Es posible entonces que en alguna parte de la
base del domo volcánico se encuentre la representación del cuerpo desmembrado
de la hermana de Huitzilopochtli, que aún no hemos detectado”, abundó López
Aguilar.
Aunque el cerro fue saqueado en los años 40 y 50, los
arqueólogos detectaron la existencia de otras dos cabezas de serpiente en los
pueblos aledaños, y por testimonio de los lugareños se supo que fueron
extraídas del Hualtepec.
“Sólo una excavación arqueológica en la cima del cerro
Hualtepec permitiría corroborar la utilización de sus adoratorios para celebrar
el mito de Huitzilopochtli”, indicó el arqueólogo.
Geografía sagrada
La idea de que el Hualtepec es el mítico Coatepec se
refuerza porque está en el centro de un sistema de adoratorios que existió en
las cumbres de los cerros circundantes: el Calvario, cerca del poblado de
Tecozautla; las Cruces (Michimaloya); la Cruz (Tepetitlán); Colorado (La Cruz);
de las Brujas (Huichapan); Ñatú (San José Atlán); Maravillas (Acazuchitlán) y
Nopala (Nopala), entre otros.
En textos como la Crónica Mexicáyotl, de Alvarado Tezozomoc,
los Anales de Cuauhtitlán y el Códice Florentino, de Sahagún hay referencias al
Coatepec y a su cercanía con Tula, localizada a 35 kilómetros en línea recta.
El investigador estadounidense Paul Kirchhoff, quien trabajó
la delimitación de la frontera del imperio teotihuacano, propuso que Aztlán
podría ubicarse cerca del lago de Yuriria y Teoculhuacán-Chicomóztoc podría ser
el cerro de Culiacán, en Guanajuato. En concordancia, el cerro Hualtepec se
encuentra a sólo 166 kilómetros de la laguna guanajuatense.
La teoría de Kirchhoff colocaría la travesía de los aztecas
en “una región de fuertes intercambios y dinámicas culturales que dieron lugar
a procesos de larga duración, incluyendo rutas y caminos ancestrales en sentido
Este-Oeste”, afirmó López Aguilar.
Agregó que “la travesía de los aztecas no parece ser tan
errática como se ha interpretado: siguieron una ruta solar del poniente hacia
el oriente, el lugar de la salida del sol, hacia un cerro sagrado: el
Coatepec”.
En el Valle del Mezquital, que hasta el siglo XVIII se llamó
Teotlalpan (“Tierra de los dioses” o “Tierra de los señores”), se encuentran
tres cerros sagrados: el Coatepec, el Xithá o “de los ancestros” (hoy llamado
Juárez, en Ixmiquilpan) y el Tezcatepec (Tézcatl), el cerro del espejo, que
según el mito fue el refugio de Copil, enemigo de Huitzilopochtli, concluyó el arqueólogo.
Coatepec |
Tradición oral y festividades
López Aguilar recordó que desde que visitó la zona por
primera vez, a principios de los años 90 del siglo pasado, los habitantes de El
Astillero y Alfajayucan aseguraban que abajo del cerro Hualtepec “iba a ser
México”, que allí se posó el águila “antes de irse a Mondá” (la Ciudad de
México). Otros informantes hablaban del “México chiquito” o de que “el águila
se paró en este cerro y aquí iba a ser México”.
Rememoró que hasta hace unos años, los pobladores realizaban
en ese cerro la ceremonia mexica de Floreo de Banderas (Potse ya bexte, en
otomí), precisamente el 21 de diciembre, fecha relacionada con el nacimiento de
Huitzilopochtli, en el solsticio de
invierno (21-22 de diciembre).
Algunas prácticas rituales que se celebran actualmente en la
región de Tecozautla-Alfajayucan, podrían estar relacionadas con el calendario
ritual, con los ciclos solares-lunares, especialmente solsticios y tránsitos
cenitales, que culminaban con la fiesta a Huitzilopochtli en el cerro Coatepec,
alrededor del 3 de mayo.
Estas celebraciones calendáricas, asociadas a santos
católicos, se efectúan en poblaciones como San José (19 de marzo), en Tula y
Atlán; San Isidro (19 de mayo), en Zimapantongo; Santa María Magdalena (22 de
julio) y Santiago Apóstol (25 de julio), en Nopala y Chapantongo,
respectivamente.
Sobresale una batalla ritual a naranjazos, entre dos bandos
que representan águilas y tigres, que tiene lugar durante el carnaval en El
Espíritu, Alfajayucan, asociada al equinoccio de primavera (20-21 de marzo).
Antigüedad del mito
El también director del Proyecto Especial Pañhú piensa que
el mito del nacimiento de Huitzilopochtli tendría un origen más antiguo a la
travesía de los mexicas rumbo al Valle de México, que data de los siglos XIV-XV
de nuestra era. “La búsqueda del Coatepec por los aztecas al inicio de su
peregrinación apunta que la montaña ya era un sitio sagrado desde épocas
anteriores”.
“Una de nuestras hipótesis es que los teotihuacanos entraron
hacia este rumbo pensando en ese cerro sagrado, al igual que los xajay de la
región (Pahñú, Zethé y Zidada), que provenían de Acámbaro, Guanajuato y San
Juan del Río, Querétaro. De manera que pudo haberse suscitado un conflicto por
el dominio de este lugar”, concluyó el arqueólogo.
Información INAH: