La
biblioteca personal madrileña de Mario Benedetti, de quien se cumple este año
el quinto aniversario de su muerte, alberga un importante legado objeto de
estudio: las anotaciones que escribió en los márgenes de sus libros, que
revelan a un poeta comprometido con su tiempo y perfeccionista con su obra.
Esos
apuntes reflejan que muchas veces sometía a correcciones sus propios ejemplares
después de haber sido editados, como si fuera un corrector de pruebas de sí
mismo, ha resaltado, en una entrevista a Efe, la directora del Centro de
Estudios Iberoamericanos de Mario Benedetti (CeMaB), ubicado en la Universidad
de Alicante, Eva Valero.
El
autor de "La tregua", quien vivió parte de su exilio en la capital de
España, donó en 2006 a la Universidad de Alicante, con la que mantenía una
estrecha relación, esta biblioteca personal madrileña, integrada por más de
6.000 ejemplares que se pueden consultar en las nuevas instalaciones del CeMaB
inauguradas en septiembre pasado.
Sus
fondos contienen al "literato comprometido con su obra, al escritor del
compromiso social, al escritor amigo de los autores contemporáneos y al
estudioso", ha resumido Valero.
El
abundante material de esta biblioteca está dividido en tres secciones:
literatura (que cuenta con ediciones con la dedicatoria a Benedetti de sus
autores y libros comprados por el propio literato), revistas (sobre todo, de
temas latinoamericanos) y un apartado denominado general (antropología, cine,
sociología, economía e, incluso, fútbol, entre otros ámbitos del conocimiento).
Esta
última sección también es "muy interesante", según Valero, porque
consta de ejemplares con subrayados con rotulador de color amarillo y
anotaciones del poeta, que "dan la medida y la dimensión de su
preocupación social, histórica y política".
"La
derrota es una acción. El exilio es una acción. Sueños de acción (...) la
literatura es un producto social", reflexiona Mario Benedetti en uno de
sus apuntes.
Curioso
estudioso y preocupado por todo lo que sucedía a su alrededor, tenía asimismo
en su biblioteca de Madrid, del exilio, obras de escritores coetáneos, muchos
de ellos amigos suyos: Juan Gelman, Roberto Fernández Retamar, Ángel González,
José Luis Sampedro, Maruja Torres, Juan Madrid, Luis García Montero, Gabriel
García Márquez, Mario Vargas Llosa o Julio Cortázar, entre otros.
De
la lectura de esos y otros autores extraía frases e ideas que le habían llamado
la atención y las escribía como tesoros en folios que los dejaba entre las
páginas de los ejemplares una vez leídos.
Como
dato curioso, se han hallado dentro de sus libros "pequeños papeles donde
anotaba algunos poemas suyos que iba a leer en un recital, lo que delata qué
era lo que le gustaba a él de su propia obra", así como muchísimos
recortes de prensa, ha señalado Valero.
Además
de promover actividades literarias y culturales en relación con América Latina,
uno de los objetivos del CeMaB, según ha resaltado su directora, es la
reconstrucción de la figura del escritor uruguayo, de su vida y de su obra a
partir de su biblioteca personal, en colaboración con la Fundación Mario
Benedetti de Montevideo
Fuente Agencia EFE: