Con sus altos sombreros de pelaje y sus chaquetas elegantes,
cientos de cosacos patrullan las calles de Sochi, Rusia, a medida que los
Juegos Olímpicos de Invierno se acercan.
Pero a través del tiempo, los zares se volvieron conscientes
de la impunidad de los cosacos y notaron la incapacidad del Imperio para
controlarlos. Así que cuando éstos se rebelaron contra Catalina la Grande, en
el siglo 18, líderes y guerreros, incluido Yemelyan Pugachev, fueron
castigados.
Estos soldados rusos, cuyos ancestros datan de miles de
años, son famosos en Occidente por un estilo de baile que desafía la gravedad.
Cerca de casa, los cosacos simbolizan la rebelión y el poderío militar, en el
oeste y sur de Rusia, y en Ucrania.
El mito creció con las obras de los gigantes de la
literatura rusa León Tolstói y Alexander Pushkin. Pero dentro de sus altos
sombreros se esconde una historia oscura.
Conocidos por rebelarse contra el sistema feudal ruso, el
estado cosaco se alió con los zares de Rusia para crear el Imperio. Estos
guerreros a caballo extendieron el reinado ruso a otras partes, incluida
Siberia.
Entre los siglos 14, 15 y 16, los cosacos lucharon a favor
de la corona rusa en guerras regionales contra el pueblo ruso, con lo que
ganaron reputación como seguidores de los zares. Además, llevaron a cabo
mascares contra los judíos en el siglo 19.
Cossacks. by F. de Myrbach |
Los zares y los cosacos se unieron de nuevo durante el
levantamiento bolchevique a principios del siglo 20. Los cosacos apoyaron al
zar Nicolás II y a las fuerzas anticomunistas que formaron el Movimiento Blanco
durante la revolución de 1917 y la consecuente Guerra Civil.
Cuando los bolcheviques (que después se convirtieron en
comunistas) llegaron al poder, masacraron a muchos cosacos por su oposición a
la revolución.
Desde la caída de la Unión Soviética a finales del siglo 20,
la cultura y el orgullo de los cosacos han revivido en algunas partes de Rusia
y antiguos estados soviéticos. Rusia ha recurrido a este grupo para reforzar la
seguridad, incluso antes de que Sochi fuera elegida como la ciudad sede para
los Juegos Olímpicos de 2014.
El año pasado, el gobernador de la región de Krasnodar,
donde se ubica Sochi, contrató a unos 1,000 patrulleros cosacos para tratar con
los inmigrantes ilegales, la mayoría musulmanes, de acuerdo con The New York
Times.
"Lo que no puedan hacer, un cosaco puede", explicó
el gobernador Aleksandr Tkachev a la policía local.
Sus comentarios generaron enojo de los residentes de Sochi,
las minorías y los inmigrantes.
Analistas dicen que no es una coincidencia que el
resurgimiento de los cosacos ocurra en un momento en que el nacionalismo y la
xenofobia están en aumento en Rusia.
Este nuevo rol de los cosacos ha abierto una "lata de
gusanos", escribió Valeriy Dzutsev, analista de la fundación Jamestown.
Eso es porque algunos de ellos han empezado a demandar más poder y tierra a
Moscú "para apoyar el proceso del surgimiento de los cosacos",
escribió Dzutsev.
Muchos rusos han aceptado el resurgimiento de
los cosacos, en parte debido al mito que los rodea.
Conforme el gobierno de Moscú los llama para
cumplir el mito de la clase guerrera, es importante recordar la relación entre los cosacos y el Imperio Ruso.
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