¿Haz visto el nido de una serpiente de más de 30 metros de alto? Pues en un escondido lugar del Estado de México se encuentra El Nido de Quetzalcóatl una de las obras más emblemáticas del arquitecto orgánico Javier Senosiain, quien desde 1980 ha plasmado su interés por la arquitectura orgánica o bioarquitectura: una mezcla de diseños futuristas que están inmersos en la naturaleza.
Puedes conocer más de su trabajo visitando su página www.arquitecturaorganica.com. Ahí presenta sus piezas más destacadas como: El Nautilus, la Casa Flor, o incluso el Sarape y Sombrero, la pieza que hizo especialmente para la tumba del cantautor mexicano José Alfredo Jiménez. El Nido de Quetzalcóatl
¿Haz visto el nido de una serpiente de más de 30 metros de alto? Pues en un escondido lugar del Estado de México se encuentra El Nido de Quetzalcóatl una de las obras más emblemáticas del arquitecto orgánico Javier Senosiain, quien desde 1980 ha plasmado su interés por la arquitectura orgánica o bioarquitectura: una mezcla de diseños futuristas que están inmersos en la naturaleza.
Y es que el arquitecto Senosiain ha creado majestuosas construcciones en varios lugares de México (Guanajuato, Estado de México y Ciudad de México) y algunas otras partes del mundo como Jordania y Australia; debido a que su innovadora forma de arquitectura orgánica siempre conjunta lo mejor de estos dos mundos: la arquitectura y la conservación ambiental.
Esta utopía ecológica es perfecta para los amantes del estilo futurista, donde los colores, las formas y los estilos no tienen límites. Es así como podría englobarse la construcción del Nido de Quetzalcóatl, un tubo enorme de unos 130 metros de largo donde hay 10 departamentos, diseñados a detalle, con todos los aspectos climáticos (regulan su temperatura automáticamente), con iluminación y decoración prediseñada especialmente para “la gran serpiente” e incluso, todos los departamentos están amueblados con una selección especial que hizo el arquitecto Senosiain.
El Nido se terminó de construir en 2007 y desde entonces ha tenido varias adecuaciones, incluso actualmente se contempla la construcción de un parque público aledaño a los departamentos, para que así sea posible admirar el trabajo del arquitecto que siempre llama la atención.
El prototipo del parque ya se está construyendo y se encargará de promover el cuidado y conservación de la naturaleza, con un auditorio verde que no tendrá paredes sino que será un gran hoyo redondo que tendrá líneas de asientos forrados de pasto, además de que servirá para clases de botánica con las hortalizas y los espacios que ya se están construyendo.
También tendrá algunas otras actividades relacionadas con el medio ambiente, como la cueva de Los Minerales, una cavidad natural adaptada con una tableta gigante para que algunos grupos de estudiantes puedan escuchar una plática sobre los minerales más relevantes del planeta tierra.
El arquitecto Senosiain utiliza principalmente materiales como: ferrocemento, conchas, maderas, celulosa, fibra natural, piedras, periódico reciclado e incluso mezclilla. Además, el Nido de Quetzalcóatl cuenta con todo un diseño de jardinería y botánica que te hará sentir como en otro mundo.
La arquitectura orgánica
En 1985 el arquitecto Javier Senosiain ya vivía en su primera creación La casa orgánica un lugar mágico que se basó en las guaridas de los animales, por lo que utilizó algunas cuevas y montículos de la zona boscosa de un terreno en Naucalpan, Estado de México, logrando así su primera guarida con la que comenzaría su pasión por la arquitectura orgánica.
Para 1990 construyó El Tiburón, lugar donde actualmente vive y que tiene una vista al Parque Nacional de los Remedios y cuenta con una terraza semicubierta con la que tiene vista de 360º.
Puedes conocer más de su trabajo visitando su página www.arquitecturaorganica.com. Ahí presenta sus piezas más destacadas como: El Nautilus, la Casa Flor, o incluso el Sarape y Sombrero, la pieza que hizo especialmente para la tumba del cantautor mexicano José Alfredo Jiménez. El Nido de Quetzalcóatl