Lima, 25 mar (EFE).- La política es la otra gran pasión del escritor Mario Vargas Llosa, quien llegó a ser candidato a la Presidencia en 1990 y, pese a aquel fracaso, nunca ha abandonado su compromiso con el devenir de Perú y América Latina.
Aunque en su juventud llegó a simpatizar con la revolución cubana y también con la rebelión de los militares del 68 en Perú, después tuvo un desencanto con el marxismo y el socialismo, y evolucionó hacia posiciones neoliberales.
Vargas Llosa, quien el lunes cumplirá 80 años, inició su carrera política en el movimiento Libertad, que lo fraguó en el estudio del pintor peruano Fernando de Szyslo al integrar a los dos partidos de la derecha tradicional peruana: Acción Popular y el Partido Popular Cristiano.
Fue con esa coalición electoral, Frente Democrático, con la que emprendió en 1988 su carrera hacia la Presidencia de Perú.
Tras ser sorpresivamente derrotado por Alberto Fujimori en los comicios de 1990, Vargas Llosa regresó a la literatura pero sin abandonar nunca su interés por la política, que ha plasmado, además de en su obra literaria, en cientos de artículos.
En su libro de memorias "El Pez en el Agua", Vargas Llosa afirma que cuando se embarcó rumbo a Europa el 13 de junio de 1990, después de su derrota electoral, pensó que esta partida se parecía a la de 1958, "que había marcado de manera tan nítida el fin de una etapa de mi vida y el inicio de otra, en la que la literatura pasó a ocupar el lugar central".
Pero aunque Vargas Llosa había decidido no intervenir más en la política, a raíz del "autogolpe" del expresidente Alberto Fujimori, del 5 de abril de 1992, en el que disolvió el Congreso e intervino el Poder Judicial, se "sintió obligado" a condenar en artículos y entrevistas lo que le parecía una "tragedia para el Perú", recuerda en sus memorias.
Una constante en Vargas Llosa, que en 1993 consiguió la nacionalidad española para, en sus propias palabras, evitar "ser un paria" después de que Fujimori amenazara con quitarle la peruana, ha sido sus críticas contra el fujimorismo.
La influencia de Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura en 2010, nunca se ha dejado de sentir con fuerza en los últimos procesos electorales en Perú.
Tanto en los comicios que se celebrarán el próximo 10 de abril como en los anteriores de 2011, Vargas Llosa se ha posicionado en contra de Keiko Fujimori -la hija del encarcelado expresidente Fujimori- al considerar que su triunfo sería la "reivindicación de una dictadura. Una de las dictaduras más corrompidas, mas violentas, mas sanguinarias".
Sin embargo, su apoyo o rechazo a otros candidatos ha ido variando en cada proceso electoral y así, si bien apoyó a Alejandro Toledo en los comicios de 2001 frente a Alan García, en los de 2006 apoyó a este último ante Ollanta Humala, quien sí logro el favor del Nobel en los de 2011.
En estas elecciones, Vargas Llosa ha pedido no votar por Alan García debido a las denuncias de corrupción en su segundo gobierno (2006-2011) y ha expresado su respaldo por el exministro Pedro Pablo Kuczynski.
Otro eje que siempre ha marcado la preocupación política de Vargas Llosa son los populismos y las dictaduras en América Latina, y se ha caracterizado por ser un acérrimo anticastrista y adversario de la Venezuela de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
Recientemente, Vargas Llosa señaló que hay "manifestaciones muy claras" de que el populismo está en retirada en América Latina, como las que se ven en Venezuela, Bolivia y Ecuador o en Argentina, con el fin del kirchnerismo (el periodo entre 2003 y 2015 de las presidencias de Néstor Kirchner y su viuda Cristina Fernández).
Tampoco se ha escapado de sus críticas el magnate Donald Trump, favorito para la nominación presidencial republicana, al que ha calificado de "demagogo, payaso e irresponsable".
Sobre la actual situación política en España, Vargas Llosa ha expresado su deseo de que no suceda una "una situación catastrófica" de bloqueo político.
La política siempre ha estado también presente en la obra de Vargas Llosa, desde que en 1962 publicará "La ciudad y los perros", que provocó el rechazo de la cúpula militar.
En "Conversación en la Catedral", la obra predilecta de Vargas Llosa, se recrea la opresión de la dictadura de Manuel Odría, mientras que en "Historia de Mayta", se aborda la violencia.
Otra de sus novelas más conocidas es "La fiesta del Chivo" sobre la dictadura del dominicano Rafael Leónidas Trujillo.
Con su última obra, "Cinco esquinas", Vargas Llosa regresa al Perú, país con el que siempre ha tenido una relación difícil y según reconoció en una reciente entrevista: "la seguiré teniendo hasta el final de mis días". Carmen Jiménez México :: Cultura