lunes, 9 de mayo de 2016

Supuesto penacho de Cuauhtémoc originó “México insólito en Europa”

Roma, 9 de mayo, 2016 (Notimex). Un supuesto penacho de Cuauhtémoc, el último tlatoani azteca, es una de las piezas más sorprendentes encontradas por el periodista Miguel Gleason en la investigación que dio origen a su libro “México insólito en Europa”, presentado hoy en esta capital.

Publicado por Fogra Editorial y con prólogo de Miguel León Portilla, el libro es el resultado de una investigación y registro audiovisual que duró más de 13 años, en el que participaron diversos especialistas tanto europeos como mexicanos.

A lo largo de 256 páginas y 600 fotografías, se muestra una selección rigurosa de los 600 objetos mexicanos más bellos e insólitos de todas las épocas que se encuentran en Europa.

“Definitivamente el objeto más impresionante y sobre el que quiero ir más lejos es el penacho de Cuauhtémoc, que acabo de presentar el sábado pasado en un congreso de americanistas en la ciudad de Perugia (Italia)”, explicó Gleason.

En entrevista con Notimex confirmó que está investigando sobre la autenticidad del penacho, donado por Alphonse Pinart al Museo de Quai Branly de París, Francia.

Ahora, dijo, se tiene que hacer un profundo análisis para comprobar si efectivamente perteneció al último emperador azteca. En particular consideró que habría que compararlo con penachos y otros objetos de arte plumario de aquel entonces para ver si es de la misma época.

“Independientemente de si perteneció o no a Cuauhtémoc, es un objeto muy importante porque hay muy pocos. Mi hipótesis es que si no es un penacho, podría ser un accesorio de la parte superior o inferior de un cetro que perteneció a a una persona de alto rango”, señaló.

Otros objetos que Gleason consideró importantes y que incluyó en su libro son las cartas del emperador Carlos V a Hernán Cortés, custodiadas en el Archivo de Estado de la ciudad italiana de Nápoles y, desde luego, el Códice Florentino, conservado en la Biblioteca Medicea Laurenciana de Florencia, también en Italia.

Asimismo, en la ciudad francesa de La Rochelle encontró una placa “muy extraña”, donde están representados varios tlatoanis, que no se sabe sin son aztecas o texcocanos.

Gleason dijo que contra lo que se podría pensar, no fue España donde inventarió más cantidad de objetos mexicanos, sino en Italia o Alemania.

En Italia, en particular, muchas piezas arribaron como regalos a los Papas, además de que en ese país se refugiaron los jesuitas expulsados de la Nueva España, que llegaron con objetos como diversas vírgenes de Guadalupe (pinturas o esculturas).

También en el Palacio Pitti de Florencia, Italia encontró un retrato del emperador azteca Moctezuma.

En Padua dio con objetos que pertenecieron al general Miguel Miramón, en Trieste con retratos del emperador Maximiliano de Hasburgo y en Palermo, Sicilia, con las vendas que cubrieron los ojos de ambos al momento de ser fusilados.

“Italia me pareció un país muy completo por todas las colecciones mexicanas, con las que cuenta”, señaló.

En el libro, presentado en 2015 en México, Gleason incluyó a 600 piezas, pero en 6 DVD consideró a nueve mil, aunque calcula que en total en Europa hay unos 150 mil objetos mexicanos, muchos de los cuales son pedazos de cerámica.