En México, un legado fascinante y amplio del patrimonio cultural yace en el fondo de los océanos, ríos, lagos, lagunas, cenotes y pozos. Restos de entramados urbanos, templos, ofrendas, embarcaciones, y objetos permiten comprender diversos procesos históricos de nuestro país, de ahí la importancia de la identificación, gestión, investigación, protección, conservación y preservación de recursos y sitios del patrimonio cultural subacuático.
El cuidado a este patrimonio se da por medio de Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos de 1972 y la ratificación de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y la Convención para la protección del Patrimonio Cultural Subacuático de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) de 2009.
El patrimonio cultural sumergido no es susceptible de comercialización, por lo que cada pieza extraída por personas no autorizadas, representa la pérdida de un fragmento único para la comprensión de la historia.
La actividad turística en torno al patrimonio subacuático requiere, en la mayoría de los casos, equipamiento profesional así como un cierto grado de entrenamiento y supervisión profesional.
Co la vocación de generar conocimiento y disfrute del patrimonio cultural o bienes artísticos subacuáticos, México cuenta con diversos sitios que pueden ser visitados.
Yucatán
Actualmente la Subdirección de Arqueología Subacuática del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través de la investigadora Laura Carrillo, lleva a cabo el inventario de recursos culturales sumergidos que se localizan en la Reserva de la Biosfera Banco Chinchorro ubicado en el Caribe mexicano, al sur de Cozumel y al este de Chetumal, con una extensión de aproximadamente 40 por 20 kilómetros.
Hasta la fecha se cuenta con el registro de 69 sitios arqueológicos con diversos tipos de restos culturales cuyas cronologías fluctúan entre los siglos XVI y XX, constituyendo un mosaico sobre la historia de 500 años de navegación en la zona.
Entre ambos extremos cronológicos existe una gran variedad de restos de embarcaciones y elementos culturales aislados. Estos vestigios incluyen veleros, buques de vapor, grandes mercantes con motor a diesel, anclas, cañones y un sinnúmero de partes de las que componen a los barcos.
Frente al creciente interés y demanda turística se propone desarrollar un proyecto para convertir a estos naufragios, sitios del patrimonio cultural subacuático, en “museos” in situ fomentando su visita pública regulada con la infraestructura y las normativas necesarias.
Para garantizar su conservación integral y protección a largo plazo se generó un documento titulado Lineamientos para la visita pública en pecios, como un marco de referencia que establece las condiciones mínimas que deberán observarse en el manejo y operación de los naufragios en los que se busca desarrollar la visita pública –los cuales constituyen parte del Patrimonio Cultural de la Nación.
Como complemento de esta propuesta, la cual se trabaja con la Dirección de Operación de Sitios del INAH y con la Coordinación Nacional de Arqueología, se elaboró una cédula con información general del patrimonio cultural que se halla sumergido en Banco Chinchorro, la cual se planea colocar durante el 2016 en Cayo Centro.
De acuerdo con el informe de la responsable del proyecto, la arqueóloga subacuática Laura Carrillo, también se trabaja en la colocación de las boyas de señalización de cinco pecios propuestos para visita pública: 40 Cañones, El Ángel, Caldera, Ginger Scout y Far Star.
Estos contarán con placas sumergibles con información de los mismos, así como una guía en la que se incluyen aspectos generales del trabajo de la Subdirección de Arqueología Subacuática en Chinchorro y una pequeña descripción de los pecios junto con su plano y fotografías, además de una serie de recomendaciones para los visitantes.
Sonora
A 30 minutos de San Carlos, descansan los restos de un barco atunero, El Albatún, de casi 180 pies de largo, y un ferry de 330 pies de largo, El Presidente Díaz Ordaz. Además de ser un gran atractivo para buzos profesionales y amateurs, albergan colonias de diferentes especies de flora y fauna marina.
Mar De Cortés
Lapas 03 y Fang Ming son dos barcos chinos que fueron sumergidos en el canal de San Lorenzo para crear arrecifes artificiales y nuevos sitios para el buceo recreativo, mientras El Naufragio del Salvatierra es un viejo ferry cubierto de coral negro y gorgonias, que es hogar de coloridos peces.
Veracruz
El barco hundido Riva Palacio, de Veracruz, brinda a los buzos un lugar adecuado para la práctica de esta actividad, al tiempo que atenúa el impacto de la misma en otras zonas de arrecife.
Quintana Roo
El Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos cuenta entre uno de sus principales atractivos al barco cañonero C-56 Juan Escutia, cubierto de corales y el cual es posible visitar.
De igual manera, en Isla Mujeres, se encuentra el Museo Subacuático de Cancún, abierto al público en general, su exposiciónEvolución silenciosa del artista Jason de Caires Taylor cuenta con 400 esculturas tamaño real sumergidas.
Campeche
Frente al creciente interés turístico en el patrimonio subacuático en Playa Bonita se desarrolla el proyecto de un museo arqueológico subacuático que contará con la reproducción de un naufragio del siglo XVIII, a través del cual los visitantes podrán visitar y aprender sobre el tema.
Baja California Norte
Ubicado estratégicamente en las costas del Pacífico de Baja California, el Parque Submarino Rosarito es el primer espacio temático ubicado bajo el mar en México donde se puede bucear en barcos hundidos y explora arrecifes artificiales en el Pacífico.