Si hoy siguieran vivos, esta quizá sería la portada o la nota de alguna revista de celebridades. La realidad es más de medio siglo después de su partida, el Musée National de l'Orangerie, presenta desde el 9 de octubre y hasta el 13 de enero la exposición "Frida Kahlo / Diego Rivera L'art en fusion"; la cual en poco menos de 2 meses ha contado con más de 100 mil visitantes.
El pintor mexicano Diego Rivera quería que sus pinturas
reflejaran la vida social de México tal como él la veía, para mediante su
mirada mostrar a las masas una visión
del futuro.
El montaje de las obras mostradas en la exposición vigente
en París se nutre de cuadros cedidos, en gran parte, por el Museo Dolores
Olmedo de la Ciudad de México, y es la más importante de la obra de Diego
Rivera y Frida Kahlo que se exhibe en la capital francesa desde hace 15 años.
La muestra exhibe 36 cuadros de Diego Rivera, la primera
sección se titula Diego Rivera en Europa, en la que se explica que el muralista
mexicano inició su vida de pintor en el Viejo Continente, entre 1907 y 1921,
codeándose en París con Picasso, Mondrian, Léger, Soutine, Zadkine, Juan Gris,
y Modigliani, y se indica que este periodo de su obra entra en resonancia con
la colección del Museo de l’Orangerie.
Las pinturas que integran dicha sección y que el público
parisino ha podido observar en las técnicas de óleo sobre tela son: El sol
rompiendo la bruma (El viaducto de Meudon), 1913; Paisaje de Toledo, 1913; El
rastro, 1915; Paisaje de Midi, 1918; La noche de Ávila (Paisaje de Ávila),
1907; El picador, 1909; La mujer del pozo, 1915; Paisaje zapatista – El
guerrillero, 1915; En la fuente de Toledo, 1913; Naturaleza muerta con garrafa,
1916; El poste de telégrafo, 1916; y La lejía, 1917.
La exposición se refiere con trabajos de otros artistas a la
pareja de pintores en la sección titulada Frida y Diego La pareja, en ella se
puede observar la obra al óleo de Diego Rivera, Autorretrato con chambergo,
1907; las fotografías de Peter et Paul Juley, Diego Rivera y Frida Kahlo el día
de su boda, 21 août 1929; de Agustín Víctor Casasola, Diego y Frida a la cabeza
de la delegación del sindicato de pintores, escultores y gravadores
revolucionarios en la manifestación del 1 de mayo 1929; así como la imagen
Lucienne Bloch (attribué à), Diego et Frida en el hotel en Detroit, 1932.
En la tercera sección Diego y Frida, pintores, se explica en
la muestra que ambos pintores coinciden en su construcción común de una
identidad cultural mestiza propia del México post-revolucionario. En las obras
de Diego Rivera se muestra al mundo rural indio y a la herencia cultural
precolombina.
Es así que se exhiben del pintor: Vendedora de flores, 1924;
Boceto para «Dos campesinos sentados I», 1944; La paloma de la paz, 1955; El
obrero, 1940; La canoa enflorada, 1931; Vendedora de alcatraces, 1943; Huichol,
1950; El modista Henri de Chatillon, 1944; Macuilxochitl, 1952; Mujer sentada
con trenzas (Modesta), 1941; La canoa enflorada, 1931; Retrato del poeta
Lalane, 1936; y Retrato de Dolores Olmedo (La Tehuana), 1955.
La exhibición también hay un espacio que hace referencia a
su trabajo como muralista, para ello se hizo una reproducción tamaño natural de
escenas de distintos murales. Se indica que en 1920 Diego Rivera viaja a Italia
donde estudia los frescos de Giotto que inspirarían sus pinturas murales, una
vez que esté de vuelta en México.
En dicha sección se muestra Alimentación es cuerda del reloj
de nuestra generación, 1925; El fuego. Proyecto para vitrales « Los elementos »
para la Secretaría de salubridad y asistencia, 1929; Dichoso el árbol que da
frutos, 1925; Dan la una, dan las dos (Banquete de Wall Street), 1925; Fusilamiento
de Maximiliano, 1935; y Quisiera ser hombre grande de muchas, 1925.