23 de diciembre, 2016 (Notimex). Aunque en México se encuentra el patrimonio más importante de órganos históricos del continente, todavía hace falta una catalogación completa de estos instrumentos musicales y un estudio detallado de sus características constructivas, expuso la Academia Mexicana de la Ciencia (AMC).
Refirió que “nuestro país posee un gran patrimonio de órganos históricos de la época colonial construidos principalmente en los siglos XVII y XVIII, aunque también existen órganos del siglo XIX y de principios del XX, manufacturados acorde a la estética del estilo ibérico, en concreto del órgano español”.
El investigador e integrante de la AMC, Gustavo Delgado Parra, dijo que ante la falta de información, no se pueden emprender proyectos de restauración ni de conservación. Recordó que estos instrumentos llegaron a México apenas consumada la Conquista, toda vez que la música, junto con otras manifestaciones artísticas y culturales, estaban dirigidas a un proyecto: la conquista espiritual.
Señaló que aunque no se han encontrado testimonios físicos de órganos del siglo XVI, diversos documentos reportan la existencia de numerosos instrumentos en esa centuria. A tan solo una década de la caída de Tenochtitlan y de la fundación de la Ciudad de México, fue importado de Sevilla, en 1530, un órgano que llegó a la primera catedral ubicada en Texcoco, a fin de acompañar a los coros que preparaba Fray Pedro de Gante, sobrino de Carlos V y uno de los primeros evangelizadores que arribaron a la Nueva España, comentó.
El investigador indicó que los órganos históricos están localizados primordialmente en Puebla, Tlaxcala, Oaxaca, Querétaro, estado de México, Guanajuato y Michoacán. Este último estado fue una de las entidades de construcción de órganos más importantes, “pero actualmente los instrumentos de sus iglesias y catedrales se encuentran en un estado de devastación total”.
De ahí que, subrayó, la investigación sea un aspecto fundamental en la conservación de los órganos históricos de México. “Tenemos que estudiar los instrumentos, su historia, su estado de conservación, documentar quién los construyó, las transformaciones y reconstrucciones sufridas a lo largo de los siglos, y esto requiere de un riguroso trabajo de campo, además de acudir a los archivos de catedrales, cabildos y notarias y hacer un estudio filológico de los documentos”, especificó.
Mencionó como ejemplo el libro “Los órganos históricos de la Catedral de México” publicado por la UNAM en 2005, del investigador Gustavo Delgado, quien buscó aportar información histórica de los dos órganos de ese recinto metropolitano para que el proyecto de restauración, iniciado en 2007, se realizara de manera responsable.
Lo anterior, apuntó, en vista de que se tiene información de que existieron cerca de ocho órganos, comparables en tamaño a los de la Catedral Metropolitana, construidos para diferentes catedrales en México durante el siglo XVIII, pero solo los del templo capitalino sobrevivieron.
Delgado Parra, junto con la doctora Ofelia Gómez Castellanos, de la Academia Mexicana de Música Antigua para Órgano, han realizado diferentes esfuerzos de catalogación del patrimonio de órganos históricos de México. Tal es el caso del trabajo Órganos Históricos de Oaxaca. Estudio y Catalogación, publicado en 2000 por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), así como los catálogos de Puebla y Tlaxcala, estos últimos inéditos.
El experto estudia los órganos históricos que fueron construidos durante el periodo de la dominación española y el siglo XIX, por lo que su investigación abarca de 1520 a 1900.