En el 30 aniversario de la muerte de Jorge Luis Borges, la vitalidad de la obra del escritor argentino pone de manifiesto su carácter trascendental. La profundidad de sus textos invita a redescubrirlo una y otra vez.
Hace tres décadas enmudeció la pluma de uno de los grandes maestros de la literatura hispanoparlante: víctima de un cáncer, Jorge Luis Borges murió el 14 de junio de 1986 en Ginebra, Suiza. Sin embargo, el eco de su voz literaria, que ha sido traducida a más de 25 idiomas, aún retumba en el mundo de las letras.
La obra del escritor argentino polariza hasta nuestros días. Citado preferentemente por intelectuales, lectores potenciales guardan distancia por considerar sus textos demasiado pesados. “Hay que aprender a leer la obra de Borges, porque su estructura no es tradicional”, dice al respecto Rafael Olea Franco, del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios del Colegio de México. “La gente suele decir que son cuentos, pero no lo son, quizá la mejor palabra para describirlos sería relatos. Estos pueden resultar difíciles para algunos porque en medio del desarrollo de una trama con personajes de pronto aparece una reflexión de carácter ensayístico”, explica el especialista en la obra del argentino. No obstante, en la complejidad también radica su riqueza, agrega.
“Su obra visionaria vive”
¿Sigue siendo Borges un referente literario para la juventud latinoamericana a treinta años de su muerte? “La simple pregunta sobre la vigencia de su obra ya demuestra su vigencia”, apunta Olea Franco en entrevista con Deutsche Welle. El especialista mexicano señala que actualmente muchos jóvenes estudian la obra de Borges o se inspiran en ella como autores.
“El laberinto de su obra visionaria vive, está en movimiento”, asegura Roland Spiller, de la Universidad Johann Wolfgang Goethe de Fráncfort. El filólogo alemán cuenta que escritores como el marroquí Tahar Ben Jelloun o el angoleño José Eduardo Agualusa han dedicado novelas a Jorge Luis Borges. “Para Roberto Bolaño, el escritor latinoamericano contemporáneo más reconocido a nivel mundial, Borges es, junto a Julio Cortázar, la principal referencia. No obstante, también autores más jóvenes como el guatemalteco Rodrigo Rey Rosa retoman su pensamiento”, dice a DW.
“Borges es transcultural”
En opinión de Olea Franco, la obra del autor de “Ficciones” y “El Aleph” se nutre de dos vertientes: la literatura occidental con una fuerte influencia anglosajona y la literatura argentina de tradición gauchesca. Borges incluso abordó en su obra el tema de “Martín Fierro”, que tanto le gustaba.
Estatua de Borges frente a la Biblioteca Nacional de Buenos Aires.
Estatua de Borges frente a la Biblioteca Nacional de Buenos Aires.
“Borges es transcultural, porque incluye y mezcla las culturas argentina, latinoamericana, europea, judía y árabe”, destaca Roland Spiller, que explica que “La divina comedia”, de Dante Alighieri, y “Las mil y una noches” están omnipresentes en su literatura. Asimismo, los sueños “son una fuente inagotable de inspiración”.
Por su parte, Hans Jürgen Balmes, director del programa de literatura internacional de la editorial S. Fischer, hace hincapié en la fuerte influencia de la cultura alemana: “Algunas personas incluso lo consideran un escritor alemán, que por error empleó el idioma equivocado”. Según Balmes, Borges dedicó poemas a Klopstock y fue uno de los primeros en leer a Kafka en el continente americano. Asimismo, disfrutaba de la lectura de clásicos germanos como Hölderlin, Thomas Mann, Gerhard Hauptmann, Lutero, Heinrich Heine y Schopenhauer. Poco antes de su muerte, pidió que le leyeran en alemán a Novalis. “La literatura era su patria y todos los idiomas eran su lengua materna”, acota el experto de la editorial S. Fischer.
Buscando el Aleph en Berlín
De joven, Jorge Luis Borges vivió algunos años en España, y en el otoño de su vida se mudó a Ginebra, que consideró su segunda patria. ¿Qué impacto tuvo su obra en el viejo continente? “En Europa Borges no solo está muy presente en Francia e Inglaterra, sino también en Alemania”, dice Spiller.
Balmes lo secunda y destaca el hecho de que en Alemania se hayan publicado sucesivamente tres colecciones de las obras completas de Borges. Como anécdota agrega que hoy día algunas personas siguen buscando el Aleph en la antigua Berlín oriental.
En el trigésimo aniversario de la muerte del gran literato argentino vuelve a resucitar la pasión por su fascinante legado. Ante este escenario, Olea Franco espera que la tradición literaria de Borges se renueve y no solo se repita: “Hay que asimilar a Borges y, en caso dado, superarlo”. Literatura | DW.COM | 14.06.2016