- “Generaciones de mexicanos han accedido al pensamiento de nuestras culturas originarias a través de este proyecto, que nació con la vocación de ser el mayor y más completo instrumento educativo de la patria”, dijo el secretario de Educación Pública.
- “El Museo Nacional de Antropología es la sólida simbiosis que existe entre las piezas que se exhiben y el edificio que las resguarda”, indicó Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Conaculta.
Al encabezar la ceremonia para celebrar los 50 años del Museo Nacional de Antropología, el secretario de Educación Pública (SEP), Emilio Chuayffet Chemor, en representación del Presidente Enrique Peña Nieto, refrendó el apoyo del Gobierno Federal a este museo que permite que millones de mexicanos y visitantes de todo el mundo se acerquen al rostro más enigmático de nuestro pasado.
El Museo Nacional de Antropología, dijo Chuayffet Chemor, es orgullo de la nación. “Generaciones de mexicanos han accedido al pensamiento de nuestras culturas originarias a través de este proyecto, que nació con la vocación de ser el mayor y más completo instrumento educativo de la patria. Hace medio siglo que este recinto cumple dicha misión, al hacer de la museografía un relato con la permanente convicción de inculcar en sus visitantes el entusiasmo por nuestra historia”.
Con más de dos millones de visitantes anuales, Chuayffet Chemor destacó que el Museo Nacional de Antropología es el más destacado de su tipo en México y Latinoamérica, concebido en un entorno “no para abrumar sino para asombrar, una construcción inspirada en el señorío de nuestros pueblos que ha sido declarada Patrimonio Artístico de la Nación”.
En su oportunidad, el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, dijo que el Museo cumple medio siglo de ofrecer, con nuestras raíces milenarias, el ejemplo vivo de la continuidad cultural de México. “Me refiero a la enorme riqueza y belleza de nuestro pasado y, al mismo tiempo, a la cultura indígena viva, el mestizaje que en siglos ha conformado la asombrosa sensibilidad de nuestros pueblos”.
Acompañado en el presídium por el doctor Miguel León-Portilla, la doctora Yoloxóchitl Bustamante Diez, directora general del Instituto Politécnico Nacional; Teresa Franco, directora general del INAH; y Antonio Saborit, director del Museo Nacional de Antropología, Tovar y de Teresa anunció que para este aniversario, entre otras muchas acciones, Manuel Felguérez culminó una obra escultórica, Tzompantli, monumental celosía exterior que rodea el museo. Este año, dijo, se realizarán programas académicos y artísticos y se organizarán mesas redondas para reconocer la labor de aquellas personalidades que idearon y realizaron este Museo. También recordó que desde el año pasado y durante 2014 se han hecho mejoras y restauraciones al Museo y que se continuará con esta tarea.
“Aquí está nuestro pasado milenario. El Museo Nacional de Antropología es la sólida simbiosis que existe entre las piezas que se exhiben y el edificio que las resguarda. Digno continente del contenido que atesora y que expone a la admiración de propios y extraños. Están aquí muchos acontecimientos que han escrito nuestra historia cultural: las grandes muestras, los millones de visitantes al año, el asombro de los niños y jóvenes que se acercan por primera vez a sus raíces, las imágenes del traslado del Tláloc por la ciudad, el encuentro con otras culturas milenarias del mundo. Está la grandiosidad de las pequeñas obras maestras que dialoga con la magnificencia de los espacios. Está aquí una clara definición de la patria. Un acercamiento a la construcción de siglos que hicieron los pueblos originarios y que le puso piedra fundacional a nuestra cultura”, expresó el titular del Conaculta.
Por su parte, Miguel León Portilla, investigador Emérito de la UNAM y miembro del Colegio Nacional, aseguró que el Museo Nacional de Antropología es el templo de la mexicanidad, el cual fue construido en tan sólo dos años, luego de que en 1962 un grupo de antropólogos e historiadores pidieran al presidente Adolfo López Mateos su edificación, la cual estuvo a cargo del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez.
Su importancia, acotó, radica en que en él se alberga, se custodia y se muestra, la riqueza enorme de la cultura mesoamericana y de las culturas del norte de México. “Somos una cultura originaria, una cultura que se desarrolló por sí misma, alejada de las grandes civilizaciones del antiguo mundo, como la egipcia y la china, razón por la cual interesa tanto la cultura indígena de México en todo el mundo”.
Además de resguardar el mayor conjunto de obras y creaciones artísticas como esculturas, pinturas, piezas de cerámica y códices, el investigador recordó que el Museo también alberga una magnífica pinacoteca con más de 200 cuadros de creadores de la talla de Rufino Tamayo, Manuel Felguérez, Leonora Carrington y Pablo O’Higgins.
Por ello, dijo, “este recinto vibra con México, no es meramente académico el interés que tiene, es un interés vital, ya lo decía el licenciado Tovar y de Teresa, que viene a ser la presentación plástica viviente, real, no inventada de las raíces más hondas en el ser de México”.
Durante la ceremonia, se reconoció el trabajo de todos los que impulsaron la creación del Museo, gente como Ignacio Bernal, Beatriz Braniff, Francisco González Rul, Eduardo Pareyón, Román Piña Chan, Alberto Ruz, Alfonso Caso, Luis Aveleyra, Fernando Cámara, Santiago Genovés, José Luis Lorenzo, Javier Romero, Alfonso Soto Soria, Constantino Lameiras e Iker Larrauri, entre muchos otros.
En el contexto de la ceremonia de celebración, se entregaron seis medallas conmemorativas a personalidades que fueron fundamentales para la creación del recinto: Mario Vázquez, coordinador del programa de museografía del MNA en 1964; el artista plástico Manuel Felguérez; la investigadora Beatriz Barba de Piña Chan; Avecita López Mateos, hija del presidente Adolfo López Mateos; y la entrega simbólica de una medalla a Jaime Torres Bodet, ex secretario de Educación Pública.
Los titulares de la SEP, Conaculta y el INAH recorrieron la exposición Los Códices de México, memorias y saberes, magna muestra que se presenta en la Sala de Exposiciones Temporales del Museo Nacional de Antropología. Asimismo, Emilio Chuayffet entregó al pueblo de México el Códice Chimalpahin, documento fundacional de la nación, repatriado por el Estado mexicano en un hecho histórico.
La obra, integrada por tres volúmenes, fue recibida por la directora general del INAH, para su custodia y resguardo en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, donde será preservada e investigada para orgullo de todos los mexicanos. Se trata de manuscritos del siglo XVII elaborados por dos de los historiadores de ascendencia indígena más representativos de la época virreinal: Domingo Chimalpahin y Fernando de Alva Ixtlilxóchitl.
Estos documentos invaluables fueron adquiridos por el INAH, el pasado 20 de mayo, a la Sociedad Bíblica de Londres, que los poseía desde el siglo XIX. Su adquisición incrementa el patrimonio bibliográfico mexicano y representa la primera repatriación de un documento fundacional de la nación, patrimonio histórico y cultural del país.