La escritora mexicana Elena Poniatowska se muestra preocupada por el futuro de los indocumentados latinos en EE. UU. tras el triunfo de Donald Trump, y advierte sobre el fin de la solidaridad internacional.
Elena Poniatowska (París, 1932), Premio Cervantes 2013, es autora de una rica obra literaria y periodística llena de humor e ironía, que ha dado voz a los que no tienen voz. Hija de un príncipe polaco y una mexicana, recibió el título de princesa de Polonia, que declinó. Se dice que su familia en Polonia la llama la "princesa roja", aludiendo a sus ideas de izquierda. Más que sus raíces aristócratas, lo que la distingue es su humanismo y su modestia.
"Poni", como la llaman de cariño los medios en México, habló con DW desde su casa en Chimalistac, Ciudad de México, en la que abogó por la causa de los refugiados, los desplazados y los inmigrantes, la otra cara del nacionalismo que distingue a las sociedades occidentales, a la luz del voto estadounidense.
DW: ¿Qué le parece el triunfo de Donald Trump?
Elena Poniatowska: Es una sorpresa espantosa, es una decepción que ha provocado reacciones de miedo. Para mí el desenlace ha sido inesperado, yo creía que ganaría Hillary Clinton.
¿Qué puede esperarse?
Como México va a recibir el puñetazo tan espantoso en la cara, la bofetada de Trump, probablemente eso genere una nueva manera de ser mexicano, de hacer política. Nosotros somos un país totalmente dependiente de Estados Unidos, no sé qué nos pasaría si nos cerraran la frontera, porque exportamos, pero también importamos muchísimas mercancías de Estados Unidos. Nuestra economía está amarrada a ese país.
Sin embargo México estuvo en el centro de la campaña electoral de Trump con insultos a los mexicanos.
Se ha comportado como un patán, incluso con las mujeres, sus alardes sexuales han sido horribles. No sabemos qué va a suceder con todos los mexicanos que están en Estados Unidos, cómo cambiará su situación. Hay miles de jóvenes estudiando en universidades del sur de los Estados Unidos, que trabajan y estudian al mismo tiempo, que han logrado entrar a las universidades y siguen con estatus de indocumentados. ¿Qué va a pasar con todos estos muchachos? ¿Cuál va a ser su futuro?
¿Necesitan los estadounidenses tener a un Donald Trump en el gobierno para entender que el nacionalismo no es el camino?
Lo que es muy terrible es que en esta época en la que estamos tan comunicados y que nos enteramos de lo que sucede al instante, se pueda pensar en que se puede eliminar a "otros". El nacionalismo es tremendo. La mezcla de todos es lo que conforma a una sociedad. Estados Unidos se decía que era un "melting pot", una licuadora en la que todos cabían. Que hayan elegido a un magnate como Trump, un personaje grosero incluso con las mujeres, que utiliza un vocabulario nada edificante, no augura nada bueno.
¿Será un cambio de paradigma en las relaciones entre México y Estados Unidos?
La llegada de Trump está también marcada por su estrecha relación con la Rusia de Vladimir Putin. Me gustaría saber que hubiera opinado John F. Kennedy sobre este desenlace electoral. Es un panorama totalmente opuesto al que imperaba en su época. Ahora estamos ante el acercamiento de estas dos grandes potencias, de la mano de dos hombres muy poderosos.
La decisión del "brexit" en el Reino Unido y ahora esta inesperada victoria de Trump. ¿Estamos ante una ola nacionalista en las sociedades occidentales ricas?
Se están cerrando y se están entronizando en torno a sus propios intreses que no tienen nada que ver con la solidaridad internacional. Para ellos que se pudran los que no tienen dinero, los únicos que se salvan son los ricos y poderosos. Todos los demás no importa que no tengan la menor oportunidad.
Se prevé que con Trump Estados Unidos cerrará más sus fronteras, dejando a los que huyen de la violencia y la pobreza crónica en México y Centroamérica, entre ellos muchos menores de edad, a su suerte...
Es el abandono. Pero esta tendencia se ve en todo el mundo. Es el triunfo de unos pocos, el triunfo del dinero. Hay una población mundial migrante que no tiene perspectivas, que no sabe en dónde se va a asentar. Y no hay respuestas a eso, nadie sabe en dónde pueden subsistir. El rechazo de todos los países ricos es tremendo. Hay que recordar que Estados Unidos es un país de migrantes provenientes de todo el mundo. A los primeros europeos le siguieron después los chinos y los africanos. Ahí está Barack Obama. Pero ahora es un embudo en el que sobrevive solo la clase empresarial.
El presidente Enrique Peña Nieto felicitó a Donald Trump. Visto en retrospectiva, ¿habrá sido un acierto que lo invitara a México siendo Trump candidato republicano?
No creo que se pueda ver así. No creo que Peña Nieto tenga las luces ni el conocimiento político para prever que ganaría Trump. Tal vez ahora así lo considere para salvar su pellejo. En todo caso su triunfo le da un giro a un gesto tan criticado de Peña Nieto.
Estudió usted en un colegio católico de monjas en Estados Unidos, ¿qué recuerdos tiene de aquellos años sobre la sociedad estadounidense?
Algo que me impactó teniendo 16 años es que nos pidieron que redactáramos un telegrama a un congresista. A mi me parecía muy bueno que nos pidieran eso y lo enviamos todas, cada quien con su nombre. Lo que fue muy bonito es que todas recibimos una respuesta en la que se nos decía que se tomaría en cuenta nuestra petición. A mi me llamó muchísimo la atención que un congresista en Estados Unidos me diera una respuesta a una petición política.
Usted que ha entrevistado a tanta gente, si tuviera la oportunidad de encontrarse con Trump, ¿que le diría, que le preguntaría?
Yo no quiero ni ver su foto. Entre más lejos mejor. Mire, como decimos aquí en México, ¡patas pa' cuando son! Me echaría yo a correr.
¿Hay alguna cuestión que quisiera usted añadir?
Mi campo no es el de la política. Lo que le puedo decir es que me siento desolada y que pienso muchísimo en los mexicanos que están del otro lado de la frontera. Eso me preocupa, pero no sólo los mexicanos, también los latinoamericanos, los centroamericanos, ¿qué les va a pasar? ¿A los salvadoreños, a la gente de Nicaragua?
Pu8blicado en DW.COM | 09.11.2016