Ciudad de México (AP). En "El inesperado plan de la escritora sin nombre", la autora italiana Alice Basso evidencia un mundo poco conocido fuera del ámbito editorial: el de los escritores fantasma, aquellos que dan forma, mejoran, e incluso escriben en su totalidad textos que son firmados por famosos.
Se trata de la primera novela de una serie de esta escritora, quien se ha desempeñado como traductora y actualmente trabaja en una editorial, al igual que la protagonista de su libro, Silvana Sarca.
"Algunas cosas son autobiográficas, pero afortunadamente las más importantes no", dijo Basso, nacida en Milán en 1979, sobre las similitudes con su personaje. "Ella es una sociópata y yo no".
Más que sociópata, Silvana podría ser descrita como una nerd profunda, una genio antisocial que prefiere escuchar rock pesado en la soledad de su apartamento que conversar con alguien más. Silvana se ha creado un mundo en el que no tiene contratiempos, hasta que su editor le pide que escriba un libro para una experta en bienestar y ángeles. Ella acepta muy a regañadientes y más o menos logra encontrar el lado amable de su encomienda cuando la autora para la que escribe desaparece.
Los manejos económicos en el mundo editorial y los escritores metidos en las historias de otros escritores como los presenta Basso son temas de los que pocas veces se habla en los libros.
"Básicamente lo empecé a escribir porque a mí me divertía", dijo Basso, cuyo segundo volumen ya se publicó en Italia (en México "El inesperado plan" es editado por Planeta). "Después me informé más sistemáticamente porque me decían 'es un personaje original' y efectivamente me di cuenta que aparte de la película de Polanski hay poco", agregó sobre la cinta de Roman Polanski "The Ghost Writer", protagonizada por Ewan McGregor y basada en una novela de Robert Harris.
No hay que dejarse engañar. Pese a que se desarrolla en el mundo editorial y dentro del libro hay un libro que hace referencia a otros libros, a la historia de Silvana no le falta aventura.
"Es una antología de las cosas que a mí me ha gustado leer. El libro dentro del libro es algo que siempre me gusta encontrar, la parte de la novela negra, la parte más cómica", dijo Basso, al tiempo que señaló que no ha recibido quejas de los editores por su historia. "En mi opinión nadie lo dijo porque hubiera sido como sentirse culpable, ponerse el saco. Pero sí entré en contacto con varios 'ghost writers'''.
Silvana, dice, es un personaje irónico ya que escribe de temas muy disímiles con una velocidad impresionante. En el libro es abiertamente comparada con Lisbeth Salander, la ruda y oscura protagonista de la Trilogía Millennium de Stieg Larsson.
"Quería un personaje que se vistiera de negro, que usara un labial violeta y cuando lo estaba pensando dije, 'cielos ese ya existe, ya lo hicieron''', apuntó Basso. "Después pensé, pues si ya está, ¿por qué no aprovecharlo? Le da más profundidad al personaje de la ghost writer el decir que también ella es un plan B en su look, no es original ni siquiera en su apariencia".
"Y también es un poco una broma que sólo yo podía entender porque en la industria editorial muchas veces te invitan a hacer cosas que se parezcan a algo que ya existe, porque es más fácil vender", añadió.
Uno de los escritores para los que trabaja Silvana es el guapo Riccardo Randi, a quien ayuda a salir de un atorón creativo ideando una novela inspirada en libros como "Las uvas de la ira" de Steinbeck y "El gran Gatzby" de Fitzgerald.
"Todos los libros de la Gran Depresión americana los leí entre los 22 y los 24 años", dijo Basso. "Tomaba apuntes y el libro que yo le hago escribir a Riccardo es un poco el libro que me habría gustado escribir".
Las referencias a la novela negra se hacen presentes con el comisario Romeo Berganza, quien usa gabardina y a quien le gusta leer estas historias.
"Descubrí que muchas lectoras mujeres, entre los 20 y los 60 años, se dividen perfectamente en dos bandos: entre el comisario y Riccardo", dijo Basso. "Las que quieren a Ricardo dicen que el comisario es poco interesante, y hay quienes lo odian. Es muy divertido ver cómo las lectoras escogen su bando".
Para la autora es comprensible que la gente quiera creer que un deportista, político u otra personalidad sin tiempo o talento para escribir escribió un libro.
"Esa es la regla del juego. La gente lo quiere creer porque quiere saber de esas personas, quiere saber por quién está votando o en manos de quién está poniendo su futuro", dijo Basso.
¿Vivimos en un mundo dominado por escritores fantasma?
"Sí, pero no por los redactores", señaló, "porque sigo viendo errores de ortografía por todos lados".