Dos de los más grandes pintores españoles han aterrizado en la Gran Manzana a través de una exposición conjunta que muestra una "especie de diálogo" entre los célebres 'Caprichos' de Francisco de Goya y las réplicas a éstos que realizó Salvador Dalí.
Es la primera vez que esta muestra se exhibe en Estados Unidos. El pintor aragonés y el catalán unidos en Nueva York a través de 40 grabados que se exponen en la sede neoyorquina del Instituto Cervantes. 17 piezas maestras del célebre Francisco de Goya y 23 del genial Dalí nos invitan a descubrir con inteligencia y humor a los dos grandes artistas.
La directora de actividades culturales del Instituto Cervantes de Nueva York, Ana Vazquez Barrado, se han dispuesto las obras de tal manera que a "cada grabado del autor aragonés le acompañe la propuesta que sobre éste hace Dalí, conformando una única y nueva imagen".
Se trata del "diálogo" que Salvador Dalí tiene con el afamado pintor aragonés con casi dos siglos de diferencia. Bajo cada 'Capricho' de Goya, podemos admirar la réplica de Dalí.
Por ejemplo, al 'Capricho' titulado "Asta su abuelo", Dalí responde con su grabado "El capitán Nemo". O a la pregunta que lanza Goya "¿Quién más rendido?" Dalí responde con su obra "Al que sodomizan".
Para el director del Instituto Cervantes de Nueva York, Enrique Olmos "es una ocasión extraordinaria para apreciar en Nueva York la obra de dos de los artistas más importantes de todos los tiempos". "Por un lado 'Los caprichos' de Goya, que son una reflexión vanguardista en los años más maduros del pintor de Fuendetodos sobre los grandes temas de la naturaleza humana, desde las más nobles ambiciones a las más sórdidas pesadillas", explica Olmos.
"Por otro lado, lo que hace Dalí es una revalorización en términos del siglo XX, después de haber vivido dos guerras mundiales. Dalí ironiza y a la vez respeta la idea de Goya", añade el director del Cervantes. La colección original de 'Los Caprichos', que Goya hizo públicos por primera vez en 1799, está compuesta por 80 grabados al aguafuerte que a través de "la ironía y la ridiculez" representaban una dura crítica a los vicios de la época.
Salvador Dalí entre 1973 y 1977 les agregó el sello surrealista reinterpretando los 80 grabados originales de Goya pero al aguatinta. Dalí dio color a las piezas, les introdujo mucha fantasía y les cambió los 'pies de página'.
Según Ana Vazquez, en esta exposición "se propone al visitante la contemplación de algo nuevo, la obra de estos dos grandes maestros, en una sola imagen en cada una de las estampas. La imaginación y capacidad inventiva de Goya, acompañada del rico mundo 'daliniano'".
Hace 20 años que los 'Caprichos' de Goya no están en Nueva York. El artista aragonés es muy admirado en Estados Unidos y muy del gusto de los coleccionistas de arte como quedó patente el año pasado, cuando fue subastada en Nueva York por 1,4 millones de dólares una edición de 'Los Caprichos' previa a la primera tirada oficial.
Pero frente al prestigio de los grabados del pintor aragonés, considerados unánimemente una obra maestra del arte universal, el director del Cervantes matiza la importancia de los del pintor catalán.
Las obras de uno y otro, provenientes de la Fundación Museo de Artes de Galicia, se exponen en Manhattan hasta el próximo mes de abril. Después viajarán a Chicago y a Boston donde acabarán su periplo por tierra estadounidense.