El Museo de Guadalupe reúne una colección de cerca de 180 piezas históricas en la muestra Batalla de Zacatecas. Versos y acordes de la Revolución Mexicana. Foto INAH. |
- El Museo de Guadalupe reúne una colección de cerca de 180 piezas históricas en la muestra Batalla de Zacatecas. Versos y acordes de la Revolución Mexicana.
- Pintura, grabado, fotografía, documentos, antiguos reproductores de música, indumentaria, entre otros objetos, aluden a este episodio clave en el proceso revolucionario.
Alrededor de las 10 de la mañana del 23 de junio de 1914, comenzó a librarse uno de los combates decisivos de la Revolución Mexicana: la Batalla de Zacatecas. En el centenario de este hecho definitivo en el derrocamiento del huertismo y punto de quiebre entre los líderes revolucionarios, el Museo de Guadalupe, en Zacatecas, conmemora el episodio con una amplia exposición.
Organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Batalla de Zacatecas. Versos y acordes de la Revolución Mexicana reúne cerca de 180 piezas históricas, entre pintura, grabado, fotografía, documentos, antiguos reproductores de música e indumentaria, por lo que es una de las muestras más completas dedicadas a este parteaguas histórico.
El INAH convocó a una serie de instituciones públicas y privadas para conformar esta colección que será inaugurada el lunes 23 junio a las 18:00 horas, en el centenario del acontecimiento. La exhibición permanecerá en la Sala de Temporales del museo que ocupa el Antiguo Colegio de Propaganda Fide, en el municipio de Guadalupe (a 20 minutos de la capital zacatecana), hasta enero de 2015.
En opinión de Rosa María Franco Velasco, directora del Museo de Guadalupe, el objetivo de la exposición es mostrar, a través de sus cinco módulos, antecedentes y protagonistas de la Batalla de Zacatecas, pero también a la sociedad de la época, de ahí que los hilos rectores sean la literatura y la música, específicamente el corrido, las marchas y la música de salón.
La curaduría, a cargo de los historiadores Violeta Tavizón, subdirectora del museo, Marco Antonio Flores, Limonar Soto y José Antonio Robles Cahero, destaca a tres ilustres zacatecanos que formaron parte del nacimiento de la identidad nacional durante la época de la Revolución Mexicana. A través de Manuel M. Ponce con la música, Ramón López Velarde con la literatura y Francisco Goitia con la pintura, se conocerá el ámbito cultural que permeaba en la década revolucionaria.
Las armas pronto a preparar es el título de la primera sección destinada a situar al visitante en acontecimientos previos, como las acciones emprendidas por el Partido Antirreeleccionista, hacia 1909, cuando los inconformes con la dictadura de Porfirio Díaz se reunían de manera discreta en bailes de salón llamados “jamaicas”. La línea temporal va de 1910 a 1917, contextualizando hechos a nivel mundial, nacional y regional.
En el segundo módulo, A lidiar marcharemos, se presentan los distintos bandos: huertistas y las divisiones del Centro y Norte, así como a personajes zacatecanos decisivos en el desarrollo de la Revolución. El vaivén de la vida cotidiana en el fragor de la guerra: la rutina diaria y la asistencia de los habitantes al Teatro Calderón, plazas y corridas de toros, es el eje del apartado Partitura del íntimo decoro.
Con base en las minutas del general Felipe Ángeles, en Prestos estad a combatir se narran, una a una, las 12 horas de lucha entre los 12 mil efectivos huertistas y los aproximadamente 23 mil que conformaban la División del Norte comandada por Francisco Villa. Las secuelas que la batalla dejó en Zacatecas, condicionante de lo que sería la Soberana Convención Revolucionaria, son abordadas en la sección Noches de cruel delirio.
Por último —comenta Rosa María Franco—, en el subtema titulado Así en la guerra como en la paz, se hace una reflexión de cómo la Revolución generó una sociedad mexicana más plural y democrática.
La historiadora Violeta Tavizón, coordinadora del guión académico de la exposición Batalla de Zacatecas. Versos y acordes de la Revolución Mexicana, destaca el carácter emblemático de las piezas que la componen, algunas de ellas procedentes de instancias del INAH como la Fototeca Nacional y los museos Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, y Casa de Carranza.
Otra parte del acervo, dispuesto a lo largo de los 300 m de la Sala de Temporales del Museo de Guadalupe, proviene de los museos Nacional de Arte (Munal), Franz Mayer y del Estanquillo, de la Ciudad de México.
Entre las piezas relevantes, detalla la subdirectora del recinto, está la Bandera de la Brigada Matías Ramos, una de las 23 unidades de la División del Norte, la cual tuvo una actuación tenaz contra las fuerzas federales. Cabe destacar que este distintivo forma parte del acervo que la Secretaría de la Defensa Nacional tiene fuera de exhibición.
Otros objetos que se mostrarán son los trajes militar y civil de Venustiano Carranza, un álbum fotográfico con tomas de las fiestas del Centenario de la Independencia en Zacatecas (1910), instantáneas de Francisco Villa en las que aparece como fondo la ciudad poco antes de su toma, y platería que alude a la bonanza minera del estado; sobresalen algunas obras pictóricas, entre ellas, Vista de la Barranca de Metlac, de Carlos Rivera, pintor de finales del siglo XIX.
El Munal prestó Paisaje nocturno de Santa Mónica. Esta vista presenta un lugar real de Zacatecas que Francisco Goitia tenía como uno de sus escenarios favoritos y lo transformó en una obra que hasta la fecha es un ícono del paisaje natural.
A través de pantallas táctiles y otros medios interactivos, además de los talleres organizados por el área de Comunicación Educativa del museo, los visitantes, y de manera particular los zacatecanos, conocerán otra cara de la Batalla de Zacatecas, descubriendo aspectos de la vida cotidiana durante 1914. La Toma de Zacatecas se coloca como un hecho relevante en la historia nacional, pero también a ella se unen otros combates librados en las regiones del Bajío y Norte del país.