Londres, 6 de febrero, 2017 (EFE). La Tate Britain dedica desde este jueves una exposición a las obras de David Hockney, en la que muestra la prolífica carrera del artista británico y su capacidad para explorar los nuevos soportes a lo largo de más de cinco décadas de trabajo.
Considerado el pintor británico vivo más relevante, esta ambiciosa retrospectiva, la mayor que se hace de Hockney (Bradford, 1937) desde 1988, ha contado con la "implicación" total del artista, que a sus 79 años muestra un entusiasmo idéntico al que engatusó al público cuando aún era un estudiante en el Royal College Of Art.
De hecho, de esa época, en la que se impregnó de influencias variopintas e incluyó coqueteos con la abstracción, se pueden contemplar en la Tate Britain obras raramente exhibidas al público como "The Third Love Painting", parte de la serie "Love", en la que explora la relación entre los hombres.
Según explicó hoy a Efe Helen Little, una de las comisarias, "uno de los aspectos que más revelan de la exposición es su capacidad para ver cómo las diferentes ideas y las maneras distintas que tenía de explorar los nuevos soportes a lo largo de las décadas siempre convergen en el siguiente paso".
Little considera que Hockney "atraviesa ahora un momento muy interesante en su vida y a sus casi 80 años sigue trabajando en su estudio cada día, tan prolífico como siempre, produciendo numerosos dibujos con su iPad", un soporte cuyas aplicaciones pictóricas emplea frecuentemente para crear.
La retrospectiva, presentada hoy a la prensa, está estructurada siguiendo un orden cronológico y vuelve la mirada a la década de 1960, "en la que la mayoría de los artistas coqueteaban con la abstracción", según Little.
Ya entonces, el trabajo del británico destilaba algunas de las ideas que han continuado estando presentes durante toda su evolución artística, como las relacionadas con su identidad y con su relación con el mundo.
Esta compilación supone, además, "una rara oportunidad de contemplar todos estos trabajos juntos" y refleja cómo Hockney "siempre ha cuestionado la naturaleza de las imágenes y se ha preguntado cómo vemos el mundo y cómo podemos capturar en dos dimensiones ese mundo de tiempo y espacio", según Little.
El visitante puede recrearse con "clásicos" de Hockney como "Play Within a Play" (1963), una obra basada en la fotografía de un amigo del pintor, John Kasmin, y en la que se mueve entre la realidad y la ilusión; o "Rubber Ring Floating In a Swimming Pool" (1971), en el que recrea una fotografía.
A partir de 1964, el británico vivió en Santa Mónica (EE.UU.), donde encontró la luz que no hallaba en Inglaterra; y fue en Los Ángeles donde se propuso crear "una identidad pictórica" de esa ciudad, cuya geometría le fascinó, según explicó hoy otro de los comisarios, Chris Stephens.
Fue entonces cuando Hockney trató de dar réplica con su obra a cuestiones sobre cómo un pintor logra capturar las cualidades transparentes del cristal o del agua que está en continuo movimiento, como ilustran algunos trabajos expuestos como "Peter Getting Out Of Nicks's Pool", de 1966.
La Tate Britain dedica amplios espacios a enormes y llamativos paisajes del condado inglés de Yorkshire, donde le fascinaba el cambio de las estaciones y que se combinan con otros coloridos y llamativos paisajes del Gran Cañón (EE.UU.) al tiempo que hay otra sala con cuadros dedicados a los dobles retratos característicos del artista.
En 2013, Hockney volvió a trasladar su residencia a las colinas de Hollywood, un cambio de escenario que dejó huella en sus proyectos.
De hecho, con relación a esta etapa, la galería exhibe dos nuevos trabajos de pintor inglés en los que retrata su casa y jardín de Los Ángeles, titulados "Garden #3" y "Two Pots on the Terrace" (2016)
Durante los últimos cuatro años, el uso del iPhone y posteriormente del iPad como nuevo instrumento de dibujo se han convertido en una constante en la manera de trabajar del pintor británico, como también queda plasmado esta retrospectiva, que estará abierta al público hasta el 29 de mayo.