México (EFE). María Cristina García Cepeda, designada el 4 de enero por el presidente Enrique Peña Nieto para encabezar la Secretaría de Cultura de México, es una figura allegada a su antecesor, el fallecido escritor Rafael Tovar y de Teresa, cuya labor tratará de continuar.
Peña Nieto formalizó la designación en el mismo acto en que anunció en nombramiento de Luis Videgaray como secretario de Relaciones Exteriores en sustitución de Claudia Ruiz Massieu.
Nacida el 15 de agosto de 1946, García Cepeda lleva más de 35 años relacionada con las instituciones culturales, con cargos como directora del Festival Internacional Cervantino, y secretaria ejecutiva del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.
También ha sido coordinadora ejecutiva del Auditorio Nacional, secretaria técnica del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y directora del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Creada en 2015 en sustitución de Conaculta, la Secretaría de Cultura había tenido como único jerarca a Tovar y de Teresa, un melómano, lector persistente y novelista, considerado como el gran promotor de la cultura desde las instituciones con un equipo en el que estuvo su ahora sucesora.
Al elegirla, Peña Nieto espera que la nueva secretaria consolide la institución que comandará en el aspecto administrativo y en sus políticas y programas, y que atienda las necesidades de la comunidad cultural, mientras promueva la cultura mexicana dentro y fuera del país.
García Cepeda también buscará estimular el acceso de los mexicanos a las máximas expresiones culturales del país y del mundo, y trabajará para impulsar el talento de los artistas y creadores mexicanos, por instrucción del titular del Ejecutivo.
México, con una miríada de destacados escritores jóvenes y otros consagrados, cineastas y actores de teatro reconocidos internacionalmente, músicos de primera en diversos géneros y un gran talento en danza y otras expresiones, es uno de los países de América con más tradición cultural.
En el año 2010 la nueva secretaria recibió la Condecoración de la Cruz de la Orden de Isabel la Católica por parte del Reino de España, y aunque se manejó hasta hoy en un perfil bajo, posee una amplia experiencia y capacidad para formar equipos de trabajo sólidos.
"No soy política; soy una promotora cultural que amo lo que hago, un mujer sensible que llora fácilmente", dijo hace un par de años en un programa de televisión.
Ahora deberá unir a esa sensibilidad la experiencia de su trayectoria, la sabiduría reunida con su condición de lectora de primer fila y el sentido común para seguir los pasos de su antecesor Rafael Tovar y de Teresa, un reconocido creador y promotor de cultura fallecido en diciembre pasado.