Hay al menos una razón para que, tras pasar por Nueva York, Praga y Tokio, la exposición “El mundo de Tim Burton” abra sus puertas en Brühl, una pequeña localidad ubicada cerca de Colonia…
Cultores del dadaísmo y el surrealismo como el alemán Max Ernst (1891-1976) no sólo tenían en común su interés por mezclar medios de expresión para catalizar sus respectivos procesos creativos, sino también su confianza en los sentidos, en la intuición, en la manera en que el subconsciente asimila y proyecta de vuelta los estímulos del mundo exterior. Interpretar racionalmente eran tareas que Ernst dejaba en manos de otros.
Burton durante la presentación de su obra en Brühl.
Esos son rasgos que Tim Burton, un virtuoso de la plástica internacionalmente conocido por su faceta como cineasta, comparte con Ernst. Y Burton lo sabe. De hecho, los paralelismos entre su trabajo y el del creador germano constituyeron una razón de peso para que el estadounidense de 56 años decidiera exhibir su obra en un pequeño pueblo renano tras pasar por Nueva York, Toronto, Melbourne, Praga y Tokio.
El director de películas tan visualmente impactantes como El joven manos de tijeras, El extraño mundo de Jack, La novia cadáver, Frankenweenie, El gran pez y Sweeney Todd asistirá este domingo (16.08.2015) a la inauguración de su muestra El mundo de Tim Burton en el Museo Max Ernst de Brühl, una localidad ubicada cerca de Colonia. Allí se expondrán 500 dibujos, pinturas al óleo, storyboards y muñecos de su autoría.
“Debo decir que esta exhibición me incomoda un poco. Es como si abriera las puertas de mi armario para dejar que la gente vea mi ropa sucia”, admitió Burton en conversación con la prensa alemana, aludiendo de alguna manera a los comentarios que su estilo cinematográfico –“jovial y tenebroso, de fábula y de terror, infantil pero demoníaco, fantásticamente mórbido”– ha suscitado durante lustros.
Burton comenzó su carrera como animador en los estudios Disney, pero pronto se dio cuenta de que ese era un corsé demasiado estrecho para su fantasía. De que este artista californiano es también un perfeccionista no cabe duda: Burton se involucró personalmente en el montaje de la muestra de Brühl para decidir dónde y cómo se dispondrían sus trabajos. La exhibición estará abierta al público hasta el 3 de enero de 2016.