TOKIO (Reuters) - El príncipe heredero japonés Naruhito y su esposa Masako representan muchas cosas nuevas para una pareja imperial: tienen educación universitaria, son multilingües y tienen años de experiencia de vivir en el extranjero, durante los cuales Naruhito incluso lavó su propia ropa.
Mientras se preparan para forjar su identidad como emperador y emperatriz de Japón, hay muchas esperanzas y harán que la oficina sea más internacional y a la vez esté más en contacto con la vida de los japoneses comunes.
“Creo que hay oportunidades para que esta nueva generación de miembros de la familia imperial abrace causas que expandan un poco los límites”, dijo Shihoko Goto, analista de Wilson Center, citando la experiencia de Masako, de 55 años, como diplomática.
“Tienen unos antecedentes únicos y tienen el interés, creo, y deben tener la habilidad para estar más comprometidos”, agregó la analista, destacando cuán lejos la familia ha llegado desde la Segunda Guerra Mundial, cuando el emperador Hirohito era considerado un dios.
El emperador Akihito y la emperatriz Michiko se acercaron al pueblo, especialmente para consolarlo luego de desastres. La abdicación de Akihito, la primera en casi 200 años, desató una discusión sobre si esa era la mejor manera de cumplir su rol.
“Hubo claramente dos puntos de vista. Uno, que, como Akihito, el emperador debe ser activo e interactuar con la gente y el otro, que todo lo que necesita hacer es rezar”, dijo un exfuncionario de la agencia de la casa real.
“Pero, considerando el futuro, no creo que tengamos ambas opciones. Un emperador que simplemente existe no ganaría la confianza y empatía de la gente”, agregó.
Aunque Naruhito, de 59 años, pretende continuar el trabajo de sus padres, también dice que la monarquía necesita adaptarse. Analistas dijeron que eso podría significar hablar más y tener más influencia, aprovechando el valor de la familia como parte de la identidad de Japón. Reuters