miércoles, 27 de julio de 2016

Descubren en Roma restos de cuartel del siglo II

Roma, 27 de julio, 2016 (Notimex). Los restos de un cuartel militar construido en el siglo II de nuestra era, en los tiempos del emperador Adriano, representan el último descubrimiento arqueológico en las entrañas de Roma, una ciudad que por historia y antigüedad reserva siempre sorpresas al excavar su subsuelo.

Localizados a nueve metros de profundidad en lo que será la estación Amba Aradam de la línea C del metro romano, los restos constituyen uno de los más importantes descubrimientos arqueológicos de los últimos años, aseguró el superintendente de Arqueología de la capital italiana, Francesco Prosperetti.

En entrevista con Notimex explicó que lo extraordinario del descubrimiento radica en su tamaño, pues se trata de casi dos mil metros cuadrados de lo que era una estructura militar destinada a oficiales y no a soldados rasos.

Dijo que ello se deduce del hecho de que las paredes del cuartel estaban decoradas con frescos y sus pisos con mosaicos.

Pero según Prosperetti, el destino del cuartel quedó marcado por la edificación, menos de un siglo después de su nacimiento, de los Muros Aurelianos, aún visibles en la zona, que se hicieron necesarios para proteger a la urbe -entrada en decadencia- del asalto de las tribus bárbaras.

“La decadencia del imperio hizo que por primera vez se necesitaran muros de protección, por lo que el cuartel fue parcialmente demolido en la antigüedad pues no podía estar al lado de los muros”, dijo.

Sin embargo, el hecho que durante los siglos (y milenios) sucesivos la zona permaneciera prácticamente libre de edificios, permitió que los restos de la estructura militar llegaran hasta nuestros días.

“Los restos del cuartel romano salieron a la luz a nueve metros de profundidad del actual nivel de la calle, una profundidad en la que es prácticamente imposible, con los instrumentos actuales, poder prever la presencia de estructuras antiguas”, explicó Rosella Rea, responsable científica de la excavación arqueológica.

Dijo que por ello fue necesaria una excavación que dio sus frutos al sacar a la luz una vasta área de lo que fue un inmueble construido en torno al “campus martials”, que corresponde a la actual plaza de San Juan de Letrán, donde se localiza la basílica del mismo nombre.

“A lo largo de un pasillo de más de 100 metros de largo se abren 39 estancias, de las cuales 25 tienen una amplitud de 16 metros cuadrados y que eran en las que se alojaban los militares. Algunos locales conservan pavimentos de mosaicos con diseño geométrico y en las paredes frescos”, explicó la experta.

Las investigaciones arqueológicas en la estación Amba Aradam de la línea C del metro se desarrollaron entre noviembre y diciembre pasados y, tras una pausa, reiniciaron en marzo de 2016.

La zona arqueológica ocupa una área de mil 753 metros cuadrados y se espera que la estación quede terminada en el 2021.

El inmueble fue abandonado, despojado de materiales reutilizables (como tuberías de plomo), en parte derruido y al final enterrado durante la construcción de los Muros Arelianos (271-275 después de Cristo), pues esa línea defensiva debía tener ante sí una explanada fácilmente vigilable, sin construcciones en las que se pudieran esconder eventuales enemigos.

Prosperetti confirmó que se ignora cuales eran las dimensiones reales de la estructura en la época en la que estaba en plenas funciones, así como el nombre de su constructor.

Dijo que la importancia del descubrimiento tiene también que ver con su posición, pues en la zona, a un costado de la colina del Celio, han sido descubiertos en épocas diferentes los restos de varios cuarteles.

Entre ellos figuran los “Castra Nova Equitum Singularium”, que están bajo la basílica de San Juan de Letrán o los “Castra Peregrina, al lado de la iglesia de Santo Stefano Rotondo.

Confirmó que el plan prevé continuar la construcción de la línea C del metro, desmontar temporalmente los restos arqueológicos para permitir la edificación de la estación Amba Aradam y al final recolocarlos en su lugar original, de manera que el público pueda admirarlos cuando entre en funciones ese tramo del sistema de transporte colectivo romano.

“Queremos dar el mensaje de que estos descubrimientos no son un obstáculo para la modernización de Roma, sino una gran oportunidad para dar una identidad a estas nuevas obras públicas. El metro de Roma no puede ser como el de una ciudad australiana, es el de una ciudad con miles de años de historia”, subrayó.