domingo, 1 de febrero de 2015

Por primera vez juntos, Tina Modotti y Edward Weston en el MAM

- Integrada por 67 imágenes, estará abierta al público hasta el 3 de mayo
- La exposición muestra lo que ambos fotógrafos hicieron durante su estancia en México
- Además se puso en exhibición la pieza El Carnicero de Mathias Goeritz, en el marco del centenario de su natalicio

A partir de este sábado y hasta el próximo 3 de mayo, la muestra Fascinación: Modotti-Weston, que muestra a través de 67 imágenes lo que ambos fotógrafos hicieron durante su estancia en México, estará en exhibición en el Museo de Arte Moderno.

Durante su apertura, la directora del recinto Sylvia Navarrete, quien también fungió como curadora de la exposición, destacó que se trata de la primera inauguración del año, que abre la programación del museo en este 2015.

Realizada en colaboración con el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, indicó que ya hacía falta montar una exposición como esta, a fin de presentar la vida y obra compartidas de los fotógrafos Tina Modotti (1896-1942) y Edward Weston (1886-1958).

“Nos parece muy útil volver a poner a estos dos artistas frente al público mexicano, porque desde 1966 Weston no había tenido una exposición en el Museo Arte Moderno, tuvo otra posteriormente en el Centro de la Imagen. En cuanto a Modotti, tuvo una exposición individual en el 83 en el Munal, o sea que ya pasó bastante tiempo y es el momento de volverlos a poner juntos”.

Y es que, Fascinación presenta lo que ambos fotógrafos hicieron en México, pues más allá de la relación amorosa que sostuvieron, su estancia en nuestro país fue capital en su trayectoria artística.

“Tina Modotti empieza aquí a hacer fotografía y puesto que Weston, al descubrir México cambia completamente de estilo y encuentra un lenguaje que es el que va a explotar de manera continua hasta el final de sus días, son los años 20, son los retratos, es la presencia del cuerpo en su obra y eso nos lleva a un género que ellos nunca habían explorado antes, que es la naturaleza muerta”.

Sylvia Navarrete precisó que se trata de un nuevo tipo de naturaleza muerta, basada en las formas esenciales de los objetos, por lo que se trata de una fotografía depurada, directa, sintética, que no cuenta historias, que revoluciona el lenguaje de la fotografía en las vanguardias de principios de siglo y rompe con la pintura decimonónica.

Fascinación: Modotti-Weston está integrada por 67 imágenes, dividida en tres secciones: Retratos mutuos, mundanos e indigenistas, donde se pueden observar tomas y desnudos de la propia Tina, así como de Nahui Olín, además de fotografías de personalidades como Paulette Amor, D.H. Lawrence, José Clemente Orozco, Rosa Covarrubias y de niños campesinos.

En la parte titulada Manos y Cuerpo, el espectador podrá admirar obras de Modotti comoManos de titiritero, Campesino con pala y Lavando manos, mientras que de Weston se exhiben piezas como Desnudo de Anita Brenner.

Finalmente, en la sección Naturaleza muerta, los asistentes tendrán oportunidad de observar algunas de las fotografías más conocidas de estos artistas de la lente, donde lo mismo retratan cables telegráficos, que frutas, objetos de baño, mobiliario o flores.

De Modotti se encuentran en exhibición piezas como Vista parcial del sistema telegráfico, Rosas, Canana, maíz y guitarra y Cañas de azúcar. Por su parte, Weston participa con Tres ollas de Oaxaca, Excusado, Concha y Dos sillas aztecas.

Fascinación cuenta con 35 imágenes de Edward Weston, 29 de Tina Modotti y tres de autor no identificado, donde se encuentra retratada la pareja y además está aderezada con diversas publicaciones, como libros y recortes de periódicos de ambos fotógrafos.

Cabe señalar que además de la apertura de esta exposición, que estará abierta al público hasta el 3 de mayo, el Museo de Arte Moderno también puso en exhibición la pieza El carnicero de Mathias Goeritz.

En lugar de hacer una exposición en torno a este escultor de origen alemán, para celebrar el centenario de su natalicio, el Museo de Arte Moderno decidió poner una sola obra del autor, que resulta única y espectacular.

Prestada por la Galería Arvil, El carnicero de 1955-1956, si bien no es una pieza emblemática de Goeritz, es una obra magnífica, de un primitivismo y violencia, con la cual el recinto hará homenaje al escultor, con su exhibición durante tres meses.